Delhi, Agra, Jaipur, Jodhpur y Udaipur con el grupazo ó la alegría de recibir visitas así

Anoche se fue el grupazo, y aunque Iñigo y yo nos hemos quedado súper tristes, ha sido un viaje ALUCINANTE. Con muchas risas y cariño y ha sido una alegría tenerles aquí a tantos. Antes que nada, nos gustaría agradecerles a todos el esfuerzo tan grande que han hecho viniendo hasta aquí a vernos y que hayan conseguido ponerse todos de acuerdo a la hora de cuadrar fechas y pedir vacaciones. ¡¡¡¡MIL GRACIAS!!!!.
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El fin de semana lo pasamos en Delhi, como ya os conté en el post anterior, visitando Old Delhi, la Jama Madji, el Fuerte Rojo... Sólo han pasado 7 días y ya parece que fue hace un mes por lo intensa que ha sido la semana. Os dejo más fotos del finde en Delhi.

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El domingo por la tarde se fueron en tren a Agra donde visitaron el Taj Majal, y ya, porque Agra es ESPANTOSA. En teoría lo iban a ver al amenecer, cuando dicen que es más bonito, pero por culpa de la niebla tuvieron que esperar hasta medio día. El Taj Majal les encantó a todos y pasaron muchas horas mirándolo ya que sólo mirándolo te quedas absorto.

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Por la tarde se cogieron el tren de la muerte a Jaipur. El tren estaba lleno de basura que no habían recogido en años e incluso vieron un par de ratoncillos corriendo por los vagones.

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Menos mal que el hotel de Jaipur era como un oasis de paz en medio de la bulliciosa capial de Rajastán. Era una haveli típica de la zona, con una terraza preciosa, habitaciones amplias, camas grandes, sábanas limpias... Recomendado por las aventureras, que habían dormido allí en su viaje.

El martes Iñigo y yo nos reunimos con ellos en Jaipur. En teoría cogíamos un tren a las 6 de la mañana pero nos quedamos dormidos y nos despertamos a las 6 menos cuarto. Corrimos hacia la estación y perdimos el tren por 5 minutos pero como "everything is possible in India", el taxista que nos había llevado a la estación accedió a llevarnos a Jaipur. Como a las 11 de la mañana llegamos, con un pinchazo de rueda de taxi en medio de la autopista incluido. El reencuentro con el grupazo fue toda una alegría y desayunamos todos juntos en la terraza del hotel-oasis.

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Después del desayuno-comida, nos fuimos a visitar Jaipur. Primero fuimos al Templo de los Monos, que como su nombre indica, es un templo a lo alto de una colina al que hay que subir andano y la subida está llena de monos. El conductor de rickshaw nos advirtió que no les dieramos comida pero Nacho nada más bajar del rickshaw compró no una bolsa de cacahuetes, sino tres, y tuvimos por tanto un par de momentos de tensión ya que los monos no entendían que las bolsas se hubiera acabado. El templo no era muy bonito pero las vistas de la ciudad eran impresionantes.

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Después los rickshoreros (que también eran guías) nos llevaron a un templo muy bonito hecho entero de mármol donde vimos el atardecer y por la noche nos llevaron a un bazar muy grande (el más importante de Jaipur) donde empezamos a sufrir el acoso de los vendedores, que nos gritaban desde todas sus tiendas para que entrasemos, nos cortaban el paso por la calle y nos ofrecían todo tipo de artículos. Sin embargo, y en medio del asedio, los chicos encontraron un vendedor con un millón de pashminas, pantalones, bolsos... y viendo la oportunidad de rematar algunos de los regalos a la familia, nos subimos todos al piso de arriba de la tienda donde el vendedor nos sacó las mil pashminas que tenía y empezamos un duro reparto de género.

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A la mañana siguiente los mismos riskshaws nos llevaron a la Hawa Mahal, que es un monumento de piedra caliza de cinco plantas impresionante hecho para que las mujeres de la casa real pudieran ver lo que pasaba por las calles de Jaipur sin que el pueblo las viera.

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Por la tarde volvimos al Bazar del día anterior, ya que algunos se quedaron con ganas de comprar más pashminas y pantalones al vendedor del día anterior, que al verles aparecer vio cómo se solucionaban de nuevo sus ventas del mes siguiente.

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Por la noche cogíamos un tren nocturno que salía de Jaipur a las 12 y llegaba a Jodhpur a las 7 de la mañana pero llegamos a la estación y por la niebla había un retraso en el tren de cuatro horas (que ya serían más), así que como "everything is possible in India", salimos de la estación y preguntando a taxis y rickshaws conseguimos dos coches que nos llevaban a Jodhpur y tras un viaje angustioso por culpa de las prisas de los conductores, finalmente llegamos a las 5 y media de la mañana. (Conseguiré irme de India sin coger un tren).

Fuimos directamente al hotel y como no tenían prevista nuestra llegada tan pronto, sólo pudieron darnos una habitación con dos camas de matrimonio donde nos metimos los 11 a dormir, entre camas y colchones en el suelo.

A la mañana siguente el grupazo se fue a visitar el Fuerte de Jodhpur, que es impresionante. Iñigo y yo ya lo conocíamos así que nos fuimos a dar un paseo por Jodhpur y descubrimos un mercado de especias precioso a los alrededores de la Plaza del Reloj.

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Cuando el grupazo terminó su visita al Fuerte nos reunimos en la Plaza y nos dimos una vuelta por el mercado, donde compramos incienso, especias, té... y comimos una tortilla francesa en un puesto callejero que tenía un letrero que decía "recomendado por la Lonely Planet". Más tarde, al llegar al hotel vimos que lo que realmente decía la Lonely era "no recomendado para estómagos delicados", aunque gracias a Dios ninguno salió perjudicado de la comida.

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A la mañana siguiente nos vinieron a recger dos coches que nos llevarían a Udaipur (300 km en 7 horas), pero fue un viaje precioso, pasando por pueblos del interior de Rajastán y atravesando cultivos con todas las mujeres con saris muy coloridos llevando la siembra en la cabeza.

A la mitad del camino los conductores decidieron pararnos en Ranakpur, donde había unos templos jainíes impresionantes, los más grandes de India, hechos de mármol blanco. Fue una parada preciosa que a todos nos encantó.

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Por la tarde llegamos a Udaipur, que es la ciudad de los lagos, con el Lake Palace en medio del lago principal, que es un hotel de 5 estrellas que habréis visto en mil fotos porque es muy famoso. Paseamos por Udaipur, que está llena de calles pequeñas en cuesta y de tiendas con ropa chulísima y parecía que estuvieramos en el decorado de una película de lo bonito y limpio que nos pareció. Por la noche hicimos la cena de despedida en un hotel estupendo. La comida buenísima y el sitio precioso con vistas al lago.

A la mañana siguiente fuimos a visitar el Palacio de Udaipur, que nos decepcionó un poco porque está fatal mantenido, aunque la arquitectura es preciosa, pero la decoración y la iluminación es muy cutre. No nos dio tiempo a coger una barca para ir a una de las islas del lago porque el avión rumbo Delhi salía a las 3 de la tarde. Afortunadamente el avión salió sin retraso y llegamos a Delhi a tiempo de que el grupazo fuera a los distintos sastres a recoger las camisas y trajes que dejaron encargados el fin de semana anterior.

Luego fuimos a casa donde terminaron de hacer las maletas, pedimos unas pizzas y a las 11 de la noche vino el taxi a recogerles para llevarles al aeropuerto.

Esta visita ha sido muy especial, y como dije al principio, muy necesaria, porque nos ha dado mucha energía en un país que te la consume. Ha sido muy muy muy divertido poder contar con tantos amigos, y que todos hayan estado tan cariñosos, tan atentos y positivos con nosotros. Es un gustazo poder compartir todo lo que estamos viviendo con la gente y ver que disfrutan y que les gusta este país. Aunque ahora estamos un poco tristones por habernos vuelto a quedar solos, esperamos que no sea por mucho tiempo y que haya más visitas dentro de poco. Seguimos esperando a Pablo, Cris, Luigi y Pujol, padres, hermanos, primos, tíos, grupo Rosales, amigas, B-Invasores y a todos los demás. ¡¡¡Animaros a venir!!!

Y a vosotros grupazo.... pues eso, ¡¡¡que sois un GRUPAZO!!!. Mil millones de gracias por venir, os queremos mucho a todos.

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