El pasado domingo quedé con Sunita Choudhary, la primera conductora de rickshaw de India. Como Sunita no habla inglés, un amigo suyo me llamó, me dio una dirección y me citó a las 10 de la mañana. Y como no quería que Sunita se sintiera cohibida hablando de su vida delante de un extraño, acordamos que ella elegiría un traductor de su confianza.
A las 10 en punto un rickshaw me dejó en aquella dirección. Allí estaba Sunita, comprando unas verduras. Entramos en un garaje en el que estaba aparcado su rickshaw. Al final del garaje, y tras pasar unas cortinas, me encontré en casa de Sunita, que consistía en un salón:
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y su habitación:
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Allí me metió, encendió la tele, me pidió que me sentara y se puso a cocinar las verduras. Después de estar una hora viendo un canal indio, le pregunté a Sunita por el traductor.
Siguió cocinando.
A las 12 puso la comida en la mesa, un revuelto naranja de coliflor y patata que tuve que comer encantado. Menos mal que se fue la luz y pude terminar de comer completamente a oscuras (recuerde el lector que estábamos en un garaje). Como a la 1 seguía sin aparecer el traductor, me decidí a intentar entrevistar a Sunita sin su ayuda. Aquí ofrezco una transcripción literal de nuestra conversación:
Sunita: Automatic hindi translation english?
Yo: later, later. Now you can speak in hindi and later I'll translate the conversation from hindi to spanish, ok?
S: Mirat
Y: Mirat?
S: Mirat, Mirat, Mirat (habla en hindi). India Gate to Austri House, other 30 minutes.
Y: Ok. Do you mind if we talk about your childhood? Your father, your mother...
S: Yeah. Father mother? Mother father do, yeah, Mirat. Only one single Delhi.
Y: How was your childhood? When you were a kid. Was it a happy childhood?
S: you, you, house?
Y: No,no,no. When you were a child.
S: Child? No.
Y: I mean... Your first years, when you were two years old...
S: Yeah, yeah, two years
Y: ... three years old, four years old, five years old... You know? When you were a child.
S: aaahhhh... in Delhi ten years. Ten years in delhi.8 years in minuli. 2 years in malviya nagar. So three years. Self dependant only three years.
Y: ok
S: risas.
Decidí esperar a que llegara el traductor. Apareció a eso de las 14:00. No me pareció oportuno insistir en su infancia, un tema aparentemente difícil para Sunita, así que le pedí que le preguntara por su día a día. “Eso te lo cuento yo, hombre. Si soy su vecino, vivo arriba”. ¿Y no podrías haber bajado hace 4 horas hijoputa?
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Se pusieron a charlar entre ellos un ratito, mientras yo ponía cara de entender hindi. Le pregunté a Sunita acerca de las víctimas de tráfico que recoge y lleva al hospital habitualmente. Tras una respuesta larguísima hubo que parar la entrevista porque se puso a llorar.
Me disponía a retomar el tema de su infancia ahora que estaba en caliente cuando aparecieron dos chicas, según me explicaron, estudiantes de periodismo. El traductor se levantó, salió al garaje y nunca más volví a verle. Se pusieron a hablar las tres, Sunita muy alegre de verlas, mientras yo miraba con cara de entender hindi.
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Sobre las 15:00 se marcharon y me volví a quedar mano a mano con Sunita. Me enseñó otra vez sus recortes de periódicos con las noticias que han publicado los medios indios sobre ella. Cuando le pregunté si el traductor iba a volver me empezó a enseñar fotos.
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Sobre las 16:00 ya no aguantaba más en ese garaje y seleccioné los artículos que estaban en inglés para fotocopiarlos y poder leerlos con calma, con vistas a una segunda entrevista.
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Me levanté, empecé a recoger mis cosas y Sunita me pidió que esperara. Me metió en su cuarto, me señaló la televisión y me dio el mando a distancia. Como la pantalla estaba en azul deduje que o se había roto o quería que cambiara de canal. Eso hice y apareció con muy buena definición una india cantando. Cuando volví a mirar a Sunita, estaba muy pegada a mí. Me había arrinconado entre la nevera, la tele y la cama.
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Apagué inmediatamente la tele y me abrazó. Comencé a andar un poquito hacia la puerta, con ella abrazada y recordando el diploma en cinturón negro de Kárate que me enseñó Sunita los primeros días. Por fin se separó, taponó la puerta y me señaló las fotos que tenía enmarcadas sobre una mesita, a las que miré de reojo exclamando “wonderful wonderful”, sin dejar de acercarme a la puerta. Cuando pasé a su lado para salir de la habitación me volvió a abrazar y me dio un beso en la mejilla. Más que empujarla, me empujé a mí mismo utilizando a Sunita a modo de pared y logré salir al salón. Le dije como si no hubiera pasado nada que nos fuéramos de una puñetera vez. Me acercó a una fotocopiadora y después me dejó en el mercado cercano a mi casa a eso de las 17:00.
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El lunes recibí un mensaje de Sunita en el móvil: “I like you. I love you”.
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A la mierda la entrevista.
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